Frente a una nueva oportunidad

El movimiento justicialista supo desarrollar un programa político-educativo en el cual su principal victoria fue “La dignidad y el bienestar de los Trabajadores”. Luego su gran obra pudo exhibirse no solamente como conquista sino también como bandera de lucha. Sesenta años más tarde, la reforma justicialista sigue presente de distintas maneras en la vida y en el corazón de los argentinos.

El mundo actual se mueve y marcha a un ritmo acelerado. La evolución, no la atonía en esperas inútiles es el problema del momento. Hoy hay que accionar, el que no acciona queda fatalmente atrás y es arrollado por los acontecimientos posteriores. Los organismos que no evolucionan y no se modernizan están totalmente condenados al fracaso.

Por eso en el 2017, el camino de la acción política de cara a las próximas elecciones legislativas en nuestro país requiere: de un replanteo, de un debate político, doctrinario e ideológico que establezcan los ejes estratégicos de cara al futuro de la República Argentina.

Se puede afirmar que es en el peronismo donde se encuentran las bases para construir la Argentina que todos aspiramos, obviamente adaptados a los nuevos tiempos. “El general decía que: “Las doctrinas no son eternas sino en sus grandes principios, por eso es necesario ir adaptándolas a los tiempos, porque esa evolución es lo único que puede evitar el cataclismo que se produce fatalmente cuando no se evita la inercia”.

El peronismo tiene una función primordial dentro de la sociedad, la misma demanda la colaboración inteligente y permanente por parte de todos los justicialistas. Perón dijo que el justicialismo esta para cumplir una función social y que su única finalidad es la felicidad de todos los argentinos.

Es verdad que frente a este nuevo desafío los peronistas tenemos una herramienta poderosa que es preciso utilizarla de la manera correcta, si queremos llegar a la Argentina del Progreso y Desarrollo.

Esta gran obra de desarrollo creada por Perón y fundada por los obreros argentinos, fue hecha para que los trabajadores de hoy y del mañana encontraran en ella no sólo un escudo de protección, sino una garantía de vida que les permitiera vivir una vida más plena y digna. Hoy no solamente nos muestra a todos los argentinos el camino, sino que además es una guía completa que establece los pasos por donde debemos transitar.

Estamos en condiciones de afirmar que un nuevo horizonte es posible. Requiere del cumplimiento de una premisa, la política nacional y la política internacional deberán estar en una completa coincidencia, porque el éxito depende exclusivamente de este punto. Así lo estableció Perón ante el Congreso de la Nación el 21 de octubre de 1946 ”el mundo moderno, de acuerdo con la nueva evolución ideológica y con la relación entre la política interna y la internacional, ha establecido, como un principio de gobierno, la necesidad de la absoluta correspondencia entre la línea política e ideología interna con la internacional. Luego lo ratificó en su libro “La hora de los pueblos”, la política puramente nacional ha pasado a ser cosa casi de provincia, hoy es todo política internacional que se juega tanto dentro como fuera de los países.

Muchos de los rotundos fracasos obedecen al hecho de que no hemos querido comprender y aceptar el valor de estas grandes palabras.