Revolución agro-alimentaria

Siempre he sostenido que la riqueza del país proviene de la tierra. Y que los hombres que trabajan en el campo son la reserva moral de la Nación, porque son hombres honrados y de pensamiento limpio como el aire que respiran…
                                                                                                                                 Juan D. Perón

Encararemos la solución del problema del campo, a fin de que la tierra deje de ser un bien de renta para pasar a ser un bien de trabajo. El camino que debemos tomar los argentinos es el de especialización de la cadena de los agroalimentos. La producción ha de intensificarse lo más posible, establecer reservas y distribuir especialmente en lo que se refiere a productos agrícolas y ganaderos que son la base de la alimentación de la Argentina y del mundo.

Hoy al igual que ayer, la especialización agroalimentaria se ha convertido en el eje para la diversificación industrial de la Argentina y de su reinserción en la economía mundial. Existe nuevamente un nuevo escenario internacional que ha cimentado una formidable oportunidad para todos los países exportadores de alimentos y en general de commodities agrícolas.
Esto se debe al fenomenal aumento de la demanda de commodities agrícolas, energéticos y minerales por parte de China, una demanda que, según las estimaciones, seguirá en crecimiento por los menos lo próximos 15 años. Estamos en condiciones de afirmar que la Argentina se encuentra en condiciones ideales de encarar la revolución de la competitividad agroalimentaria y agro industrial.

Puede decirse que de una u otra manera, no hay campo de actividad que no se beneficie directa o indirectamente con las múltiples manifestaciones de una realidad ya visible. Pero además encierra todavía formidables oportunidades de crecimiento.

Argentina es uno de los beneficiarios directo, por ese motivo, en el negocio de los alimentos no tiene que temerle a la especialización productiva. Porque en una economía mundialmente globalizada la diversificación y la especialización productiva constituyen la base para alcanzar superiores niveles de productividad, que van a permitir incrementar la velocidad de la expansión económica y atraer las inversiones extranjeras - son las que garantizan el crecimiento y desarrollo de las naciones -. Esta es una regla fundamental de la economía globalizada.

El que desaprovecha sus campos, sus productos o sus riquezas, no solo se hace un mal a sí mismo, sino que se lo hace a todos los que lo rodean y por sobre todas las cosas, hace un mal al país. 
Juan Domingo Perón